El romanesco pertenece a la familia de las coles de invierno, cuya parte comestible es el pedúnculo de la flor, ya que es incapaz de producir flores. Esta verdura es una variedad de la coliflor italiana, aunque muchos piensen que es un híbrido de nuestra coliflor y brócoli.

Si queremos cultivarla debemos tener en cuenta el calendario de cultivo y sembrarla en primavera-verano para poder saborearla entre octubre y febrero.

Beneficios del romanesco

Vitamina C

Es la variedad de col más rica en Vitamina C, ayudándonos a protegernos del cáncer y potenciando nuestras defensas para evitar todo tipo de enfermedades.

Ácido fólico

Esta verdura también nos aporta una buena cantidad de ácido fólico, esencial para sintetizar el ADN en la creación de nuevas células y la creación de glóbulos rojos y blancos. Otras vitaminas que nos ofrece son la B2, E y B6, las primeras son antioxidantes, y la última nos aporta energía y rendimiento muscular.

Minerales

También destaca por su contenido en minerales como el potasio, hierro, magnesio y calcio, que nos ayuda a fortalecer los huesos.

El romanesco no tiene pocas calorías, produce menos gases que la coliflor, es diurético ayudándonos a combatir la retención de líquidos, y contiene mucha fibra.

Preparación del romanesco

Principalmente lo podemos preparar cocido en agua, o al vapor para mantener mejor todas sus propiedades. También podemos separar los “arbolitos” y freírlos en tempura. Incluso podemos blanquear el romanesco y después asarlo o gratinarlo.